Esta tarde he asistido a una conferencia organizada por la Plataforma ScienceBusiness titulada «COVID-19 and Horizon: What is to be done?» que trataba sobre el impacto que el Coronavirus tendrá en el Programa Horizon Europe (financiación de proyectos I+D+i en el período 2021-2027).
Ha sido una discusión bastante interesante que ha contado con la participación de Christian Ehler, Miembro del Parlamento Europeo responsable de las negociaciones para el Fondo Financiero Multianual (conocido por sus siglas en Inglés, MFF), Helga Nowotny (Professor Emerita, ETH Zurich, y -muy relevante para el segundo punto que mencionaré en este post- anterior Presidente del European Research Council), Otmar D. Wiestler (Presidente de Helmholtz Association) e Isabelle Thizon-De Gaulle (Vicepresidente de European Strategic Initiatives & Scientific Relations en Sanofi).
Sin querer ser exhaustivo con respecto a la gran variedad de temas tratados, me centraré en dos elementos concretos que me han parecido interesantes: el futuro inmediato de la financiación Europea y la reciente polémica creada tras la dimisión del Presidente del European Research Council. Vamos allá.
1- ¿Cómo van a afectar estas crisis -la sanitaria y la económico/social- a las negociaciones del Marco Financiero Multianual (más conocido por sus siglas en Inglés, MFF)?
Christian Ehler, Eurodiputado responsable para las negociaciones sobre el MFF, ha dicho que -en su opinión-el Coronavirus NO va a hacer que las negociaciones sobre los nuevos Fondos Multianuales se retrasen (es decir, NO se van a replantear las prioridades). Es más, en su opinión estas crisis van a hacer que el MFF se adopte más deprisa, porque hay urgencia en poder disponer de los Fondos
No vamos a asistir, por lo tanto, como habían planteado algunos, a un escenario de renegociación o una vuelta a empezar, en el que se van a retirar fondos de un sector para ponerlos, por ejemplo, en Salud. Si algo ha quedado claro, a juicio del Sr Ehler -y estoy bastante de acuerdo- es que las diferentes áreas de policy-making (medio ambiente, social, salud, economía) están TAN interconectadas, que la prioridad va a ser encontrar sinergias, también entre distintos programas. Pero ahora que «la maquinaria de adoptar los presupuestos» a nivel UE está tan avanzada, la prioridad es tener un Presupuesto cuanto antes, aunque sea bajo unas grandes líneas, para poder empezar a sacar proyectos en 2021.
La batalla posterior vendrá para ver cómo se mezclan líneas concretas y se integran diversos elementos que hagan realmente que se afronten los problemas multidisciplinares de un modo eficaz.
Desde un punto de vista práctico, por ejemplo en los proyectos en los que por experiencia profesional me he implicado hasta ahora, lo que esto me enseña es que tal vez los proyectos de eficiencia energética en la regeneración urbana sean más holísticos y nos encontremos en ellos con un montón de menciones a los efectos sanitarios, centrados en la población más vulnerable, de la falta de condiciones de habitabilidad, o más ligados a la necesidad de crear y mantener puestos de trabajo de calidad a nivel local ligados a la regeneración de barrios y ciudades, etc.
En lo que sí puede influir decisivamente esta crisis -y esperemos que aquí el Sr. Ehler tenga razón- es que es probable que esta crisis tenga efectos positivos en la necesidad de un aumento de inversión en la I+D+i. Hay que recordar que la propuesta del Parlamento Europeo con respecto al MFF criticaba la apuesta frugal de algunos Estados miembros de la UE y demandaba una mayor inversión en I+D+i. Wishful thinking? Esperemos que no.
2- ¿Qué ha sucedido con la reciente dimisión del Presidente del European Research Council, Mauro Ferrari?
Recientemente se ha creado bastante polémica por la virulenta renuncia del Sr. Ferrari a su puesto, solo 3 meses después de haber estrenado su cargo.
La discordia fue azotada por un artículo de Financial Times en el que se ponía de manifiesto que Ferrari, italiano que llevaba 20 años trabajando en los EEUU y reputado experto en nano-medicina, abandonó abruptamente su cargo desconcertado ante la falta de acción por parte tanto de la Institución que presidía como de la Comisión Europea. Un ejemplo de libro de la falta de coordinación europea, el monstruo burocrático incapaz que desquició al especialista que tan solo reclamaba agilidad, decisión y pragmatismo.
Pues resulta que, según explicó Helga Nowotny, su antecesora en el cargo, la realidad dista de ser tan simple. Como cantaba Sabina, este portazo ha sonado como un signo de interrogación. Todo abandono repentino tiene sus incógnitas. Hay, en efecto, una segunda versión, que se explica bastante bien en este artículo de Science Business y en este comunicado del ERC (demoledor, en el que se afirma que antes de la dimisión del Sr Ferrari, los 19 miembros del Consejo científico del ERC habían pedido la resignación como Presidente, basándose en que -dicho en plata- éste no había entendido ni la naturaleza del Organismo que presidía ni en qué consistía su puesto de trabajo).
Europa, las peras y el olmo: En definitiva, esta polémica refleja -de nuevo- una historia genuinamente europea, en el mejor y peor sentido: una historia de necesidad de entenderse, de personalismos y egos, de necesidad de empatía, de falta de flexibilidad, de procedimientos desesperantemente complicados y de una necesidad de consenso que puede percibirse como paralizante.
Siempre habrá quien pida más: más solidaridad, más agilidad, más diplomacia, más soluciones… pero me da la impresión de que corremos el riesgo de pedir peras al olmo. En este ejemplo, no ha faltado quien -como el mismo Financial Times- ha proclamado, más o menos, “claro, tenemos a un gran experto recién llegado tras una larga estancia en los EEUU, acostumbrado al pragmatismo americano, que se ha desesperado con el lento y burocrático modelo europeo”.
No voy a quitar su parte de razón a las críticas ante la legendaria falta de agilidad de las Instituciones comunitarias. Sin embargo, ¿será necesario recordar que la UE, con todas sus ventajas, NO es un Estado, ni siquiera una federación? (¡Qué más quisiéramos algunos!) ¿Será necesario recordar que está bien exigir coordinación, eficacia, alta política, mecanismos financieros de solidaridad a larguísimo plazo, pero que es una broma de mal gusto exigir al mismo tiempo que todo esto se haga con un presupuesto de solo un 1% del PIB? ¿Será necesario recordar a los euroescépticos que en realidad son euro-cínicos, ya que las grandes actuaciones que hoy exigen a la UE con airados aspavientos solo se podrían lograr realmente teniendo el super-Estado del que reniegan?